La VI Sinfonia de Beethoven.

Cuatro esculturas alrededor de un círculo. Representan el 2º, 4º y 5º movimientos de la VI sinfonía de Beethoven (La pastoral). El 2º se llama “Escena por la orilla de una corriente” (arriba, que según Carlos Estévez es el 1º movimiento y se inauguró el 19/10/1941 en Plaza Arenales y el 3/9/1975 se traslada a su actual ubicación), la 4º “La Tempestad”(abajo) y la 5º “La canción de los pastores”.

Se inauguraron en 1962, la cuarta se llama “El despertar de la naturaleza” se inauguró en 1938 y es de Juan de Pari.

“Más trágica – si así puede decirse – es la suerte del conjunto escultórico La VI Sinfonía, del escultor italiano Leone Tomassi.

Eran cinco estatuas de mámol destinadas a un monumento a un monumento que se erigiría en homenaje a Eva Perón, pero llegaron a la Aduana de Buenos Aires cuando la Revolución Libertadora era ya la dueña del poder. Las pasiones políticas, primero y el lento y farragoso trámite burocrático, después condenaron al conjunto a permanecer varios años en un depósito. Cuando finalmente se cambiaron autoridades y el último sello concluyó el expediente que autorizaba el retiro de la Aduana, de las cinco obras originales no quedaban más que tres, para colmo semidestruídas. Las agraciadas bailarinas de Tomassi, restauradas en los talleres municipales, hoy apenas son observadas por los paseantes que se abren paso entre los gatos del Jardín Botánico. Nunca se supo si las dos estatuas faltantes fueron robadas o arrojadas al río”. Luis Verdi.


“Al hurgar en el pasado surge, a menudo la trama secreta que insinúa lo que el mármol calla. Las tres escenas de la VI Sinfonía de Beethoven que están en el Botánico dispuestas en semicírculos, alrededor de un claro apacible en donde se bifurcan senderos de grava color de naranja, estaban destinadas a un mausoleo que alguien – la historia no registra su nombre – imagino para Eva Perón. El escultor italiano Leone Tomassi cinceló originalmente cuatro tiempos, pero uno de los cajones fue destruido en circunstancias confusas en el puerto de Bs. As.

Después de décadas de olvido, el azar, o las circunstancias que llamamos vagamente azar, hizo que La Pastoral, destinada a ser sombría compañera de sepulcro, se refugiara en la atmósfera bucólica del Botánico. Allí está ahora rodeada de verde y de luz”. Héctor D’Amico.(La Nación 16/12/90)