Monumento al General Juan Lavalle, obra del escultor italiano Pietro Costa, ubicada en Plaza Lavalle frente al Palacio de Tribunales y a pocos metros del Teatro Colón en Lavalle, Tucumán, Libertad y Av. Córdoba, fue inaugurada el 18 de Diciembre de 1887.
Es una escultura de mármol apoyada sobre una columna de estilo dórico, del mismo material, que nace sobre un torreón de mampostería revestido en piedra arenisca que se encuentra rodeado por los escudos de mármol de las catorce provincias del Río de la Plata. La base cuadrangular inferior a la columna ostenta leyendas alusivas al prócer, encontrándose su parte inferior ornamentado por una guirnalda circular de roble y laurel, también de mármol. La altura aproximada del monumento es de 26,00 m. (Postal del monumento en 1909)
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"El de Buenos Aires es un callejero muy cuestionable, con ausencias y presencias muy grosas. El triunfo de los unitarios, luego rebautizados liberales, fue un triunfo sin perdón, sin amnistía. Como puede verse en la historia oficial, se evidencia la intención de denigrar y desalojar a los adversarios" (…) "Por ejemplo -dice O'Donnell- no existen calles que lleven el nombre de caudillos federales que lo merecerían: Estanislao López, Francisco Ramírez, Juan Bautista Bustos, Alejandro Heredia, Chacho Peñaloza, Felipe Varela. Eso es una injusticia, porque además de personajes de nuestra historia fueron también importantes en la guerra de la independencia, pusieron el cuerpo en las batallas. Hay calle Quiroga, y por supuesto no hay calle Rosas, más allá de que es una figura sobre la que se puede polemizar mucho".
Y si bien O'Donnell aclara que él no propone el cambio de los nombres de las calles porque en general estos proyectos no cuentan con el apoyo de los vecinos, sí cuestiona el lugar donde están emplazados en la Ciudad algunos monumentos. "Entre otras barbaridades, se impone cambiar el lugar del monumento a Lavalle, que en una actitud aberrante se lo erigió frente al solar de los Dorrego. Con lo cual se sigue insultando la memoria de ese gran patriota, Dorrego, y la del propio Lavalle, cuyo mérito mayor no fue fusilar a Dorrego sino haber sido un valiente jefe de caballería que se lució a las órdenes de San Martín y Bolívar", señala O'Donnell. (Silvana Boschi, Clarín 06/9/2009.)
“Una primera reflexión: está muy cerca de acá lo que era la casa de Dorrego. La casa de Dorrego estaba en lo que se llama la Plaza Lavalle, que es el señor que lo mató… La casa de Dorrego estaba en una manzana hacia el lado de Córdoba y enfrente de esa casa es donde le hicieron la estatua de Lavalle. La hija de Manuel Dorrego que vivía en esa casacuando hicieron la estatua de Lavalle, cerró la ventana y no la abrió nunca más.
Yo doy ese pequeño ejemplo porque hay muchos de esos ejemplos en esta ciudad. El monumento a Sarmiento estaba dónde era la casa de Rosas, ahí entre Sarmiento y Libertador. Quiero mostrar con esto la perfidia de los unitarios que triunfaron y la decisión de los que estuvieron, de extirpar toda la esencia de lo nacional y de lo popular.
La figura de Dorrego es muy representativa por todo lo que se dijo y creo que su fusilamiento, que fue ideado por Agüero, fue un acto de pedagogía. Un acto de pedagogía del mal. Un militar revolucionario que fue parte del Ejército Libertador, que tenía el apoyo de los sectores populares de la ciudad, que entendía que tenía que desarrollar una fuerte alianza con los caudillos del interior y con los pueblos del interior, tenía la representación popular y que se opone al capital extranjero que nos dominaba; ese señor tiene que ser castigado con la muerte porque no debe reproducirse nunca más. Ese es el sentido tremendo del crimen de Navarro que ejecutó Lavalle”. (…). Palabras del ex canciller Jorge Taiana en el encuentro "Una Patria Soberana", 13/12/2010, ND Ateneo, CABA.
Sobre el General Juan Lavalle.