Obra de Fernando Botero, (colombiano 1932), ubicada en el Parque Carlos Thays en Buenos Aires y fue inaugurada el 24 de Mayo de 1994.
Es una escultura de bronce de 3,90 m. x 2,49 m. x 1,65 m. aproximadamente, emplazada sobre base de mampostería.
En este blog podrán encontrar diferentes esculturas que intervienen los espacios públicos de nuestro país. Algunas de ellas novedosas, controvertidas, polémicas para luego ir analizando dichas intervenciones con el objetivo “de concienciar sobre la importancia y la responsabilidad que significa intervenir artísticamente en los espacios públicos que comprometen a la imagen de la ciudad.
Advertir que si bien la ciudad es el soporte ideal para la expresión plástica, hasta el punto de determinar el grado de evolución humana de la sociedad que la habita, no menos cierto es que estas actuaciones constituyen un riesgo en sí mismas, pudiendo ser tan degradantes o más que el foco problemático que pretendían solucionar. De esta manera reconociendo el compromiso que implica encontrar soluciones integradoras, unificadoras con el entorno, clima, historia, carácter, etc.” *
Al mismo tiempo, quiero ofrecer en el lector el material necesario para analizar las bases reglamentarias de llamados a concursos para monumentos o intervenciones urbanas; los encuentros y simposios de escultores; las problemáticas relacionadas a la legislación del espacio público y la escultura urbana.
*(Los textos entrecomillados fueron tomados y adaptados de:
Juanjo Novella - http://www.artepublico.net/)
“Desde el establecimiento de la Ciudad Autónoma, y por su misma Constitución, el emplazamiento de monumentos y obras de arte necesita una ley de doble lectura, es decir de una aprobación inicial, seguida de audiencia pública y, posteriormente, de la ley final. Este mecanismo propone la necesidad de un consenso para cualquier emprendimiento de estas características en un espacio de uso público”. Leticia Maronese, “Monumentos y obras de Arte en el Espacio Público de Bs. As”.
"Artículo 1º.- Créase la Comisión de Evaluación de Obras de Arte en el Espacio Público".
LEY Nº 738 - BOCBA 1372 Publ. 01/02/2002
“En razón de la necesidad de contar con un único criterio dirigido al emplazamiento, desplazamiento o remoción de obras de arte en la vía pública en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires oportunamente esta Legislatura sancionó el 14 de diciembre de 2001 la Ley nº 738.
Lamentablemente esta norma fue derogada por el Art. 1º de la Ley Nº 2.713, BOCBA Nº 2957 del 25/06/2008, y desde entonces se hizo notoria la falta de un criterio técnico que defina esta importante cuestión demorándose los trámites injustamente.” (…)
Expediente: 2283-D-2010 Autor: Diputado Raúl Puy (12/8/2010).
Sanción: 18/11/2010. Promulgación: De Hecho del 16/12/2010
Publicación: BOCBA N° 3591 del 25/01/2011.Buenos Aires, 18 de noviembre de 2010.
La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona con fuerza de Ley
Artículo 1°.- Créase la Comisión de Evaluación de Obras de Arte en el Espacio Público.
Artículo 2º.- Interpretase como Obras de Arte, a los efectos de esta Ley, a los monumentos, obras pictóricas murales, esculturas, relieves y fuentes, que modifiquen el espacio público.
Trasladar el monumento del Gral. Julio A. Roca a una estancia de su familia y llamar a la plaza donde se halla emplazado actualmente "Homenaje a la mujer originaria"
Fabio Hernán Basteiro, Legislador por Proyecto Sur.
PROYECTO DE LEY
Articulo 1°: El Poder Ejecutivo ordenará, a través de la repartición que corresponda, el traslado del monumento dedicado al General Julio Argentino Roca, actualmente emplazado en la Av. Diagonal Sur J. A. Roca y Perú. El destino del mismo será la Estancia La Larga, propiedad de la familia Roca, en la localidad Bonaerense de Daireaux.
Articulo 2°: La plaza donde se halla emplazado actualmente pasará a llamarse "Homenaje a la Mujer Originaria", en cuyo vientre se formó el nativo criollo, que conforma actualmente el 54 por ciento de la población argentina.
Artículo 3° - Comuníquese, etc.
Marzo 2010.
¿Por qué existen tantos monumentos horribles en la Argentina? La pregunta desvela a Américo Castilla, artista plástico y gerente cultural de la Fundación Antorchas, que tiene en preparación un catálogo muy original.
En los últimos cuatro años recorrió todo el país catalogando más de 1500 "adefesios" que retratan desde próceres y bomberos hasta vírgenes, accidentes aéreos y niños pasteleros.
"Ninguno de los libros que se refieren a los monumentos argentinos -incluso los editados por la Academia Nacional de Bellas Artes- mencionan su existencia. Su negación no nos vuelve más ilustrados: por el contrario, su admisión puede aportar un punto de partida para el intercambio de ideas sobre convivencia humana", aseguró el especialista, en diálogo con La Nación.
(…)
Para Castilla, el núcleo del problema radica en pensar que el espacio público es gratis. "A los gobernantes les da lo mismo emplazar cualquier cosa, con tal de que no traspase los límites del orden establecido", aseguró.
Claro que no siempre fue así. Existió un pasado glorioso en el que Bourdelle y Rodin eran elegidos para recordar a Alvear y a Sarmiento. A esa época siguió otra, caracterizada por la proliferación de otros intentos más modestos y definitivamente menos felices, "pero al menos honestos, de quienes dominaban el oficio".
Así se multiplicaron las esculturas en cemento en homenaje a la madre, al cartero, a Sarmiento, a San Martín y a Eva Duarte de Perón.
"Hasta ahí el daño parecía más o menos controlado, pero en los últimos diez años se intentó volver a la pretensión artístico-monumental sin siquiera contar con materiales nobles. Los resultados fueron patéticos", afirmó Castilla, cuyo trabajo verá la luz el 3 del mes próximo en la Universidad de Rosario y será editado en forma de libro. La investigación ya fue presentada en el Instituto Goethe y en el Museo Nacional de Arte Moderno.
Pero, ¿cómo sabemos que un monumento es verdaderamente feo? Ya en 1917 Marcel Duchamp proclamó que su "Mingitorio" era arte. Cuando existen bustos de Belgrano pintados de verde para aggiornarlos o Quirogas sin brazos, ¿cómo nos aseguramos de que no estamos frente al último grito en arte urbano?
Para el especialista de la Fundación Antorchas, al borde del año 2000, algunos criterios prevalecen. "La ignorancia del oficio hace que, por ejemplo, se elijan materiales inadecuados para una obra al aire libre -como en el Quijote de la Nueve de Julio- o que no se prevean la escala ni el impacto de la obra en relación con la restante señalización, la vegetación o la circulación pública", aseguró.
Pero a veces el problema ni siquiera es la escultura misma, sino su emplazamiento: "El general Bussi, en la década de los setenta, decidió sacar una serie de menhires arqueológicos de su contexto original y trasladarlos al cerro Tafí, fijándoles un orden cuasi militar, con una ruta de ascenso que sus soldados señalaron cuidadosamente con piedras pintadas de blanco", recordó Castilla.
Las bases y pedestales merecen un capítulo aparte. Un buen ejemplo es el de una escultura de Puerto Madryn hecha en forma de casita, que de inmediato alojó a agradecidos vagabundos, por lo que fue necesario construir una reja, "que hace que el visitante se pregunte cuál es el sentido metafísico de ese vacío enclaustrado debajo de la imagen principal", relató.
Sin registro oficial
"No hay un registro oficial. Si nos enteramos, en general se hace un concurso, pero hay muy poco que podamos hacer en el nivel municipal. Suelen terminar siendo encargos a algún conocido de quien se quiere emplazar el monumento", se lamentó la presidenta de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, Magdalena Faillace. También aseguró que, cuando fue consultada, la comisión muchas veces se expidió para que algún monumento no se levante o para que se lo cambie de lugar.
"Estamos trabajando en una campaña de concientización para que se respeten las cartas internacionales de conservación de la Unesco. Pero además se debería popularizar el premio Atila a las malas intenciones en el espacio público", aseguró la funcionaria.
Una mujer singular para la rígida moral de principios de siglo, quien -según Páez de la Torre y Terán- "rechazó de plano el destino que le aguardaba en Tucumán, de juiciosa docente pintora de naturalezas muertas, y se dispuso a hacer una carrera, con una voluntad indomable y dispuesta a cualquier sacrificio".
La vida de Lola Mora, artista discutida, atrevida y genial.
César Sondereguer: “El monumentalismo de Amerindia” (1988).
Martín Blaszco: “Escultura monumental y sociedad”.
Herbert Read,: “El arte de la escultura” (1956).
Juanjo Novella. Escultor, muralista y especialista en Arte Público.
Jorge Fernández Chiti, “Estética de la nueva imagen cerámica y escultórica” (1991).
Juan Carlos Pérgolis, “Las otras ciudades” (1995), “La plaza: el centro de la ciudad” (2002), “La ciudad fragmentada”(2005), “La ciudad deseada” (2005), “La ciudad express” (2006).
Ezequiel Martínez Estrada, “La cabeza de Goliat: Microscopía de Buenos Aires”, (1940).
“Monumentos y Obras de Arte en el Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires”, Carlos María Toto, Leticia Maronese y Carlos Alberto Estévez (2001).
Huellas del pasado en Buenos Aires.
Piedra libre para la escultura.
El 50% de las esculturas porteñas están dañadas por el vandalismo.
Polémica por la estatua de Julio A. Roca.
KITSCH y AUTORITARISMO (algunas expresiones en Tucumán).
La polémica de los monumentos por la memoria.
A Macri le robaron Caperucita y el ciervo: ¿Sabrá algo Ciro James?