"Parque de la Memoria" - 2007.

El Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado fue inaugurado el día 7 de Noviembre de 2007, por el Presidente de de la Nación, Dr. Néstor Kirchner, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Sr. Jorge Telerman.

Un grupo de esculturas distribuidas a lo largo del Parque apunta a generar la reflexión de los visitantes en torno al pasado reciente. Doce de ellas fueron elegidas mediante el Concurso Internacional "Parque de la Memoria".

Se presentaron 665 proyectos, provenientes de 44 países.

La amplia respuesta a la convocatoria demuestra que el arte es una de las principales herramientas para la reflexión y la elaboración de la memoria colectiva.

Para la elección de los ganadores, el Jurado tuvo en cuenta tanto la contemporaneidad de los lenguajes como el sentido poético del conjunto, estableciendo una serie de principios de orden ético y estético coherentes con el propósito del Parque de mantener viva la memoria hacia el futuro.

Otros seis artistas fueron invitados por la Comisión pro Monumento en base a su prestigio, trayectoria y su compromiso con la defensa de los derechos humanos.


Segunda mención (Der.): "Victoria" (2001) de William Tucker, Hormigón blanco y piedra partida, 7,60 x 6 x 1,30 m.

Proyecto ganador (izq.): "Monumento al escape", (2001), de Dennis Oppenheim

Acero, vidrio coloreado y materiales varios, 6 x 7 x 2,80 m.

Memoria descriptiva: "Desarrollé esta propuesta como un homenaje a quienes fueron secuestrados, desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado en la Argentina. Dado que la escultura es una estructura física que contiene una idea, elegí usar los componentes de encerramiento o aprisionamiento como la base de mi "Monumento al escape". El tema de la liberación y el escape están representados mediante el uso de un grupo de celdas como elementos de encerramiento físico. Por lo general mudos e ineficaces para transmitir un significado, en este caso el pabellón será sometido a un cambio radical, transformándose en una forma escultural abstracta, doblada, torcida y carente de función. Como parte de este cambio se abrirá un agujero que dejará entrar luz dentro del pabellón, como si la arquitectura de la supresión buscara su propio nivel, su propio comportamiento como forma estructural, sin prestar atención a su función impuesta. Al desafiar su propósito de suprimir, las formas resultarán liberadas, y se transformarán en arte puro: un testimonio cuyo único efecto surgirá de su capacidad de inspirar un significado en quienes lo vean".



Invitado (Der.): "Sin título" de Roberto Aizenberg (2003), Bronce laminado, 3,90 x 5 x 1,70 m.


Sitio Oficial - Ley Nº 46.